Este era un paseo que le recordaba la historia de los judíos de Tarazona, su gran importancia en la ciudad tanto que llegaron a tener dos aljamas y dos sinagogas. Su expulsión en 1512, supuso grandes problemas para ellos y sus convecinos. Gentes que sufrieron la nostalgia de Tarazona y la imposibilidad de volver.
D. Paco salió de esta villa de muy niño, pero, y a diferencia de los judíos, pudo volver a pasear por su ciudad, cuantas veces quiso y no salió apenas de España.