El negocio estaba regentado con mano de hierro por su mujer, quien dejaba a su marido poco espacio para aventuras con clientas y turistas. Desde aquí se lanzaba el gemelo pobre a hacer los recados que le mandaba su mujer con su desvencijado carricoche.
De las "indias" olorosas y coloridas "especias" y desde territorios americanos y a partir del XVI, aquellos productos que nos cambiaron la alimentación, la economía.